Los liberales y los egoístas

Sucede que en cierto grupo de amigos soy «el facha» mientras en otro soy «el rojo», me ha sucedido en tales grupos escuchar «tú, que votas al PP/Podemos». No voy a negar que me divierte tal prejuicio. (1)

Pese a tal veleidad sucede también que en los últimos años me encuentro más cómodo entre personas que se llaman a sí mismas de izquierdas. Los amigos de siempre son otra cosa, pero con los más recientes hay algo social que me vincula más con esos que se dicen zurdos, la música, el arte, los libros, el humor, …. (2)

Me gusta definirme, en lo político o en lo social, como liberal. De una manera ligera pues no he leído a Adam Smith, ni a Hayek; a Rallo tampoco (guiño-codazo-guiño) (3), sin embargo la desconfianza hacia el estado y hacia lo colectivo y la fe en el individuo y su responsabilidad las encuentro más en esa corriente más que en otras. Sin obviar la capacidad del individuo de agruparse libremente con otros individuos. 

Entonces, ¿por qué parece que encuentro más afinidad en cierta izquierda claramente antiliberal que en cierta derecha autoproclamada liberal?

Fundamentalmente por casualidad, porque estas personas de izquierda que refiero son estupendas y es por estupendas, no por izquierdistas, por lo que me llevo bien con ellas. Pero también porque lo importante de ser liberal, socialdemócrata, comunista o democristiano es comprender que son caminos, no fines.

Ser liberal implica creer que las teorías liberales conducen a la mejora de toda la sociedad y esto se ha olvidado en muchos sectores políticos y sociales. Cualquier tendencia política debe tender al bien común, no solo al propio.

Si dijese, por ejemplo, que la escuela pública no es la mejor forma de garantizar una educación de calidad, gratuita y universal, sería porque creo que hay caminos mejores de lograrla, pero el fin, educación gratuita, universal y de calidad es irrenunciable. Pedir libertad para escoger un colegio en el que no haya inmigrantes no es ser liberal, es ser un jeta.

El egoísmo, este texto no va de partidos pero no puedo evitar señalar a uno por paradigmático, uno cuyo lema es «Cuida lo tuyo», ¡ole! Quizá la diferencia no es ser egoísta, yo lo soy, sino ver el egoísmo como una virtud o como un defecto.
Como liberal que me declaro sé que la economía no es un juego de suma cero, sé que lo que beneficia a todos me beneficia a mí, aun así la tentación de buscar la vía rápida, la fácil, la «lo mío para mí, y un poco de lo tuyo también» es fuerte.
No es fácil corregir esa tendencia egoísta, porque me va bien la vida, no quiero que me vaya menos bien y no quiero que le vaya menos bien a mis hijos. Pero el mínimo es no presumir de ello.

Esto es solo una paja mental propia cuya redacción podría ayudarme a pensar y que pongo en público porque soy un poco imbécil (solo un poco, no os paséis).


(1) No es que me crea muy especial, estoy seguro de que se trata de un perfil común y bastante identificado.

(2) Quizá alguien esté leyendo esto y quizá ese alguien piense que le estoy incluyendo en alguno de esos grupos, es evidente que simplifico y generalizo, el párrafo anterior no vale si hablamos de individuos. Es decir, no vale para nada.

(3) Mi lectura más política es El manual del perfecto idiota latinoamericano y español.

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